Receptores para el dolor y su estimulación
Los receptores para el dolor de la piel y de otros tejidos siempre son terminaciones nerviosas libres.
Se encuentran extendidos por las capas superficiales de la piel así como en ciertos tejidos internos, como el periostio, las paredes arteriales, las superficies articulares, y las hoces y la tienda en la bóveda craneal. La mayoría de los demás tejidos profundos no reciben más que terminaciones dispersas para el dolor; no obstante, cualquier daño tisular generalizado puede acumularse hasta originar el tipo de dolor sordo, crónico y lento en la mayoría de estas zonas.

El dolor puede despertarse por múltiples tipos de estímulos, que se dividen en estímulos dolorosos
mecánicos, térmicos y químicos. A grandes rasgos, el dolor rápido se suscita a partir de los tipos de
estímulo mecánico y térmico, mientras que el dolor lento puede surgir con cualquiera de los tres.
Algunos de los productos que excitan el dolor de tipo químico son bradicinina, serotonina, histamina, iones potasio, ácidos, acetilcolina y enzimas proteolíticas. Además, las prostaglandinas y
la sustancia P favorecen la sensibilidad de las terminaciones para el dolor, pero no las activan
directamente. Los compuestos químicos resultan especialmente importantes para estimular el tipo de
dolor lento y molesto que ocurre después de una lesión tisular.

Comentarios

Entradas populares